Como muchos compañeros del paddock, Gabri Rodrigo está hecho de otra pasta. El hispano-argentino, que una semana antes estaba virtualmente fuera del inicio del campeonato, sacó fuerzas de flaqueza para obrar el milagro y plantarse en el Circuito Internacional de Losail cinco días después de su operación de clavícula.
I suffered a lot to be here, but I leave Qatar with one point and a lot of info! Time to recover ???? / Me ha costado sudor y lágrimas estar aqui, pero me voy de Qatar con un punto y mucha información! Hora de recuperarse! ???? pic.twitter.com/E2BnQcx32W
— Gabriel Rodrigo (@gabrirodrigo19) 10 de marzo de 2019
Por si fuera poco, Rodrigo (Kömmerling Gresini Moto3) fue capaz de puntuar en la carrera de la categoría ligera al finalizar 15º. El hispano-argentino quedó, además, por delante de su compañero de equipo, el joven italiano Riccardo Rossi, que finalizó 22º, a más de medio minuto del vencedor, Kaito Toba (Honda Team Asia).
Rodrigo, en cambio, se quedó a +3.514 del piloto japonés, demostrando que podría haber peleado con los mejores a lo largo de la carrera en caso de encontrarse en plenas condiciones físicas.
Su esfuerzo y sacrificio en Losail fue mayúsculo. Rodrigo se fracturó la clavícula derecha durante el último test de Qatar y al día siguiente se sometía a una cirugía en el Hospital Universitari Dexeus-Grupo Quirónsalud, en una intervención liderada por el Doctor Xavier Mir.
El comunicado de su equipo era rotundo. Una frase destacaba por encima del resto: "Necesitará casi un milagro para estar en condiciones de competir". Y el milagro llegó. Pasó la revisión médica de puntillas, ante el escepticismo inicial de los médicos, pero pronto acreditó que estaba listo para un reto de semejante envergadura.
#gprac1 @gabrirodrigo19 ha disputat el Gran Premi de Qatar de #Moto3 amb la clavícula dreta fracturada i operada fa exactament una setmana. Ha rodat gairebé tota l'estona amb el grup del davant, ha acabat 15è i ha sumat un punt ???????????????????????? pic.twitter.com/Mdg3Ts2iVb
— Quim Salvador (@quimsalvador) 10 de marzo de 2019
Cinco días después de su exitosa operación en Barcelona el piloto de Kömmerling Gresini Moto3 lograba el quinto mejor puesto en la FP2 con su Honda. Una auténtica locura.
Tras la operación las sensaciones eran medianamente positivas para Rodrigo, al percibir algo de movilidad y menor dolor que en ocasiones anteriores. Ello invitaba al optimismo del piloto, aunque tuvo que esforzarse en la revisión previa al GP para acreditar que estaba apto.
Pese a aguantar sin medicamentos durante las primeras horas, el hispano-argentino abogó por tomar analgésicos para pilotar con menos dolor. El paso de las horas y de las jornadas no mermó en exceso las posibilidades de su participación en la carrera y el domingo, una semana después de su operación, Rodrigo culminó el milagro.
Su cicatriz fue una herida de guerra que le hizo ganarse el respeto de todo el paddock. El dolor, ante los elogios, era más relativo. Ahora solo queda pensar en positivo y acabar de sanar la clavícula con la mente puesta en Argentina.