Más allá de ser su ingeniero de pista desde los tiempos de Moto2™, es uno de sus hombres de confianza en el seno de Repsol Honda. Santi Hernández es una de las voces más autorizadas para analizar el rendimiento de Marc Márquez, pese a que su experiencia va más allá, y se remonta a la época en la que ejerció como técnico de suspensiones de Álex Crivillé, con el que celebró el título de 500cc en 1999.
Hernández empezó a trabajar con el de Cervera en 2011. La admiración mutua fue inmediata: "Marc me sorprendió desde el primer día que estuve con él, por un comentario que nos hizo de cómo iba la moto y cómo se expresó. Pero siempre digo lo mismo: Marc cada día me sorprende. No soy yo quién le tiene que decir qué tiene que mejorar".
El ingeniero de pista del heptacampeón mundial aseguró que el '93' es "un piloto que está en un constante aprendizaje y es capaz de aprender de sus errores" y no tuvo reparos en hacer gala de su humildad para agasajar al vigente campeón de la categoría reina: "A veces, aprendo más yo de él que él de mí, y eso es bonito también".
La comunicación entre ambos es "buena y simpática" y siempre resulta positivo "hablar de otras cosas que no sean las motos". Con el de Cervera Hernández, más allá del buen ambiente, también mantiene la superstición que inició en 1999 con Crivillé, cuando se perdió una salida y ganó la carrera. Con Marc conserva el ritual 20 años después: jamás observa las salidas.
Sobre los elogios de Marc al motor de Honda en Qatar, Hernández corroboró que el nuevo motor "ha podido ayudar a tener una velocidad punta mejor y una mejor aceleración, que eran los puntos donde hemos estado sufriendo más estos últimos años". Una circunstancia que ha permitido estar "más cerca de las Ducati".
Se trata de un factor "muy interesante, porque cuando puedes ganar tiempo en una recta, no tienes que sacrificar tanto en otros puntos más arriesgados. Es tiempo gratis, ya que todo el mundo sabe abrir gas, pero no tienes el riesgo de ir a recuperar el tiempo en la frenada". "Este es uno de los grandes aspectos que ha mejorado Honda. Hay que felicitar a los ingenieros por el esfuerzo que han hecho, porque no podemos olvidar que hay mucha gente que trabaja en la sombra y que a veces ni duermen para que nosotros podamos tener ese resultado", añadió, en la línea de Marc.
Hernández también celebró el regreso de Márquez por la puerta grande en Qatar tras su delicada operación: "Nos demuestra cada día que es un luchador y que ante las adversidades se crece. Interiormente, no tenía ninguna duda, sabía que Marc podía hacer una gran carrera como la que hizo". Pese a ello, es consciente de que "cada año el Mundial es más difícil".
De cara a Argentina, el objetivo, una vez más, es "seguir trabajando e intentar no cometer errores". "Hay carreras que, aunque a priori sean favorables, no estás para ganar y hay que saber aceptarlo y no cometer errores. Como te he dicho antes, en este Mundial hay que ser constantes y sacar el máximo partido en todas las carreras", analizó.
Hernández también tuvo tiempo para recordar "con una gran ilusión" su etapa con "un referente y un ídolo" como Crivillé ejerciendo como técnico de suspensiones cuando era un joven veinteañero: "La primera sensación y el primer recuerdo que tengo es de muchos nervios, como un fan que vive su sueño. Lo recuerdo de esa manera".
El actual ingeniero de pista de Márquez recuerda a 'Crivi' como "un gran piloto en aquella época y sobre todo una gran persona". "Me quedo mucho en cómo te trataba, cómo trabajaba, especialmente cómo te hacía sentir partícipe del grupo. Poder formar parte de aquel equipo que abrió un poco el camino al resto de pilotos que han ido subiendo a MotoGP™ me hace sentir muy orgulloso", sentenció.
Su fantástica historia con Repsol Honda escribirá un nuevo capítulo este fin de semana en Termas de Río Hondo, donde Márquez espera dejar huella en la lucha por su primera victoria de la temporada 2019.