El año pasado, la situación del campeonato era totalmente distinta, pero tanto Marc Márquez (Repsol Honda Team) como Andrea Dovizioso (Ducati Team) nos brindaron un espectáculo emocionante. Esta temporada el catalán llega con 77 puntos de ventaja a falta de 4 pruebas (100 puntos por disputarse). Tan sólo el italiano depende de sí mismo para arruinar la primera bola de partido del 93.
Sobre el papel, la pista japonesa es favorable a la Ducati y al estilo de Dovizioso, con grandes aceleraciones y fuertes frenadas: “Tenemos que estar contentos porque esta es una buena pista para nosotros: aunque mañana llueva, podemos ser competitivos en todas las condiciones, ya lo fuimos el año pasado en la lluvia. Desde hace varias carreras estoy pilotando sin pensar en el Mundial porque Marc tiene margen. Nosotros queremos ganar aquí. Si retrasamos la coronación, pues mejor”.
Márquez se muestra cauto, dejando claro que la situación no es límite y que esta no es su única opción de ganar el campeonato: “Las victorias de Aragón y Tailandia fueron muy importantes. Las Ducati están muy fuertes. El objetivo de este fin de semana es el mismo que otros fines de semana: comenzar desde la FP1 a trabajar. Dovizioso es muy rápido en Motegi: así que, sin estrés”.
Preguntado por sus sensaciones en comparación a las de otros años, admite que cada temporada tiene su peculiaridades, pero que todas se asemejan: “Las sensaciones son parecidas. La más difícil fue en 2016, porque era algo que no nos esperábamos porque gané la carrera y las Yamaha se cayeron. Esta temporada intentaremos repetir: no es la misma sensación que en Valencia el año pasado. Ahora podemos tomar más riesgos porque tendremos más oportunidades en las próximas carreras”.