"Hemos dedicado todos nuestros días al motociclismo"

Fausto Gresini nos habló en su momento de la pasión que, combinada con los sacrificios, le llevó a convertirse en un icono del motorsport

"Soñaba con estar algún día en la pista, aunque llegara el último, pero quería estar en la pista". Con estas palabras nos cautivaba Fausto Gresini en una entrevista que concedió a motogp.com en 2017, 25 años después de su última victoria como piloto profesional.

Queremos rendir nuestro pequeño homenaje a Fausto Gresini reproduciendo la historia que nos contó sobre su vida, que empezó de niño viendo pasar las motos a toda velocidad en el circuito de Imola antes de convertirse en un icono del motociclismo mundial. "No tenía medios económicos", recordaba, "así que por las tardes, junto con mi jefe de entonces, nos poníamos a trabajar en la moto con la que disputé mis primeras carreras".

En 1983 comenzó a competir con la MBA, cruzando la meta por delante de algunos de los campeones de la época como Eugenio Lazzarini y Pier Paolo Bianchi. En 1985, el año en que pasó al Team Italia, ganó su primer Campeonato del Mundo en 125cc: "Cumplí un gran sueño". Al año siguiente, Luca Cadalora llegó al box y le arrebató el título, pero Gresini se redimió la temporada siguiente ganando todas las carreras del calendario en 1987, excepto la última, en la que acabó en la grava.

"Estoy contento con lo que hice como piloto, podría haber hecho más, pero fue una buena experiencia", recordaba Fausto sobre su palmarés. Después de sus dos entorchados mundiales en 1985 y 1987, siguió formando parte de la parrilla de 125cc hasta 1994 sin ganar más títulos, pese a encadenar dos subcampeonatos de forma consecutiva en 1991 y 1992 por detrás, respectivamente, de sus compatriotas Loris Capirossi y Alessandro Gramigni.

"Para un piloto no es fácil decidir terminar una carrera y pensar en hacer otra". En esa época se unió al joven Capirossi como 'coach' antes de crear lo que hoy conocemos como Gresini Racing, una de las empresas más conocidas del panorama motociclista. Junto con Alex Barros y un grupo de colaboradores cruzó el océano para hacer una propuesta a Honda Brasil: "No tenía más que pasión y un buen proyecto sobre el papel".

En 1997 comenzó su aventura como Team Manager, obteniendo su primer resultado importante: un podio. Dos años más tarde, el equipo cambió a 250cc para mantenerse en lo más alto de la clasificación, contando con el talento del entonces campeón, Loris Capirossi, que terminó 3º al final del Campeonato. Con el inicio del nuevo milenio, Gresini dio la bienvenida al box al joven Daijiro Kato: "Hablábamos en italiano e inglés, mientras que él sólo hablaba en japonés, pero la cosa funcionaba. El primer año hizo una gran temporada y el segundo conquistó el título por un amplio margen".

Con el Campeón del Mundo de 250cc de 2001 volvieron a la categoría reina: "Enseguida hizo buenos resultados. Pero en el primer Gran Premio de su segundo año perdió la vida. Fue un momento difícil. Te preguntas cuánto te gusta realmente ese trabajo, si podrías haber hecho algo diferente, te cuestionas cada acción que has hecho para entender si has cometido algún error".

Ante un acontecimiento tan dramático, Fausto consiguió encontrar la fuerza para continuar mirando a su pasado: "Mi suerte fue que había sido piloto y los pilotos saben cuál es el riesgo. Siempre pensé que nos pediría que siguiéramos compitiendo. Y en la siguiente carrera ganó su compañero de equipo, Sete Gibernau. Fue nuestra primera victoria en la categoría reina como equipo".

"Nunca piensas que es la última carrera, siempre persigues un sueño y siempre piensas en ganar", explicaba recordando su última victoria como piloto profesional obtenida en Donington Park en 1992. Su exitosa experiencia y su personalidad sobre el asfalto valdrían su peso en oro tiempo después: "La determinación de querer resultados también me ayudó cuando empecé como Team Manager".

En 2010, Marco Simoncelli llegó al box: "Honda se alegró de tener un piloto como él, que en su segundo año empezó a conseguir los primeros resultados. Pero incluso allí, un domingo maldito vino y se lo llevó. He perdido dos pilotos. Mi carrera como Team Manager tampoco ha sido fácil. Nunca es sencillo superar esas situaciones".

Pese a ello, pudo echar la vista atrás en el tiempo con extrema satisfacción, consciente de la gran contribución que hizo a este deporte: "En estos 20 años como Team Manager hemos escrito muchas páginas del motociclismo, representamos algo importante y estamos orgullosos de ello. Hemos dedicado todos nuestros días al motociclismo. Este deporte hoy en día es completamente diferente de lo que era cuando empecé, he experimentado la evolución como piloto y como Team Manager. Se ha hecho mucho por la seguridad y para crear mejores motos. Todos los que hacen este trabajo han contribuido a mejorar el motociclismo y estoy orgulloso porque soy parte de ello. Eso es lo más importante".

Hasta siempre, Fausto.