Tras un fin de semana perfecto en Texas, Maverick Viñales (Aprilia Racing) aterrizó en Jerez rebosante de confianza. El español estaba disfrutando de su mejor momento con la fábrica de Noale, pero las cosas no salieron como esperaba en Andalucía, con su caída en el Tissot Sprint y un 9º puesto en la carrera del domingo tras ser 11º en la Q2.

¿Qué provocó que Viñales tuviera un fin de semana tan discreto tras brillar en Austin? Como supimos el lunes por la tarde y según informó Motorsport.com, había una buena razón para ello. Sin embargo, ésta no se detectó hasta el Test Oficial de Jerez, cuando Viñales y su equipo pudieron identificar un problema en su moto 'B' con la que había corrido el domingo.

"Tenemos que entender lo que está pasando entre la moto A y la B. Hice un (1m)36 alto en el ritmo. En carrera, hacía 37 altos en medios", declaró Viñales.

"Hay una diferencia entre las motos A y B. Desgraciadamente, corrí con la moto con la que sentía que no era competitivo. Esto es algo que nos debe alertar para comprobar hasta el último detalle".

Buscando soluciones, Viñales corrió con su moto 'B' después de caerse con su paquete 'A' en el Sprint, sin saber que había un problema sustancial con su segunda RS-GP. En Austin y durante el fin de semana en Jerez, Viñales se quejó de que no podía frenar como quería con su moto 'B', un problema que se atribuyó al freno delantero.

"Dije el fin de semana y también en Austin que no frenaba con la moto B. Lo relacionamos con un problema de freno delantero y al final no es un problema de freno delantero”.

"Hoy hemos descubierto más o menos lo que es y ahora funcionan de manera similar. Así que es un gran paso para el futuro porque en carrera podría ser mucho más rápido. Así que es algo de lo que tenemos que estar alerta y en cada carrera aprenderemos más y más, para que el equipo esté más preparado".

Por un lado, un fin de semana prometedor se vio obstaculizado por este problema, ya que Viñales perdió valiosos puntos en la lucha por el Campeonato. Sin embargo, si se mira el vaso medio lleno, significa -como señala Viñales- que es un paso adelante vital para las próximas carreras.

Con el problema resuelto, Viñales debería estar más cerca de la cabeza en Le Mans.