El Gran Premio GoPro de Gran Bretaña de 2019 arranca este fin de semana en Silverstone, donde los aficionados confían en volver a disfrutar con unas carreras de ensueño como la que protagonizaron hace ya 40 años Barry Sheene y Kenny Roberts en la recordada edición de 1979.
El héroe local contra el 'King' estadounidense. Un apasionante duelo entre Reino Unido y Estados Unidos que medía al doble campeón mundial de 500cc contra el entonces vigente campeón, que estaba a punto de añadir otro título más a su palmarés.
Silverstone, tal y como sigue siendo hoy en día, era una pista de carreras brutalmente rápida. Millones de espectadores británicos, gracias a la BBC que mostró la carrera en directo ese día, habían sintonizado un Gran Premio de motociclismo que nunca será olvidado.
Durante 27 vueltas, Sheene y Roberts fueron implacables. El británico no tuvo la oportunidad de hacerse con el título ese año, por lo que su única motivación era derrotar a Roberts frente a su público. Sin embargo, al llegar a la última vuelta, los dos se encontraron con doblados. Roberts los eludió con relativa facilidad, pero Sheene no pudo seguir su ejemplo y perdió tiempo.
Sin embargo, el doble campeón pasaría a protagonizar una de las vueltas de su vida para recortar la brecha y asediar a su gran rival, entrando en Woodcote a pocos metros de distancia. El 7 de Suzuki tuvo el impulso, pero con Roberts lanzando su Yamaha hacia el exterior de la pista, Sheene se quedó sin espacio para el milagro. Pese a apurar casi hasta el césped, Sheene perdió su Gran Premio de casa por un mínimo margen de 30 milésimas.
"Recuerdo haber hecho durante la vuelta de calentamiento un caballito en línea recta en la parte trasera. Pero la presión del aceite se atascó y provocó que el sello se rompiera", recuerda Kenny Roberts sobre ese día. "Estaba por toda mi moto. De hecho, me di cuenta un poco más tarde cuando casi me caigo, entendí que algo andaba mal. Cuando volví a la parrilla de salida, incluso Giacomo Agostini agarró un paño y empezó a limpiarme", rememora el estadounidense.
"Armado con un destornillador, Kel Caruthers intentaba arreglarlo lo mejor que podía. 'No sé si se va a quedar en su sitio', me dijo, 'así que ten cuidado'. ¿Qué quieres decir con 'ten cuidado'? Terminé escuchando sus consejos, así que lo intenté. Me abrí camino... estaban Barry Sheene, Wil Hartog y un francés, hasta que sólo quedamos él y yo", explica sobre la antesala de su duelo con el héroe local.
"No me iba a dejar vencer, aunque para él era imposible perder ante su público. Habíamos llegado a un punto en el que no podía dominarlo con regularidad. Intenté escaparme y fue en vano... ¡Y él lo sabía perfectamente! Pero, por otro lado, cuando tomé la iniciativa, tenía miedo de que él fuera más lento y que los demás nos alcanzaran. Yo estaba allí pensando: '¿Qué diablos haces? ¡Adelante! ¿Qué haces?'", recordó respecto al juego psicológico entre ambos.
"Sabíamos muy bien que todo se decidiría en la última curva y eso es exactamente lo que pasó. Afortunadamente, pude adelantarme un poco antes de llegar a ese punto, porque sabía muy bien que él volvería a mi altura para tratar de pasarme. Barry siempre ha sido limpio en sus maniobras. Para adelantarme ahí tenía que salir por fuera. Cerré el interior y apunté hacia el piano y no había sitio para los dos. Como resultado, él rozó la hierba y yo gané. Habría sido bueno para él ganar, pero habría sido complicado hacerlo justo en la línea de llegada", sentenció el estadounidense.
La batalla entre ambas Leyendas de MotoGP™ es todavía recordada en la actualidad 40 años después. ¿Podrán los pilotos de la actual parrilla brindarnos un espectáculo similar este fin de semana en el reasfaltado circuito de Silverstone?