El Día del Padre: padres e hijos que hicieron historia

La festividad del 19 de marzo sirve para repasar el legado de parejas de padres e hijos que han dejado huella en el Campeonato del Mundo

El 19 de marzo es una fecha muy señalada para todas las familias. Países como España, Italia o Portugal celebran el Día del Padre. Una jornada muy especial que en el universo de las motos evoca los grandes binomios formados por padres e hijos en la élite del Campeonato del Mundo.

Es imposible no fijarse, en primer lugar, en aquellas familias que han tenido el privilegio de contar con dos generaciones que han ganado en el campeonato. En materia de títulos, solo los Roberts han alcanzado ese nivel. Kenny Roberts fue el primer campeón estadounidense de los 500cc (1978) y su hijo, Kenny Roberts Jr, recogió su testigo 22 años después, para alzarse campeón de la categoría reina en el 2000.

Otra de las parejas más ilustres la forman Graziano y Valentino Rossi. El padre logró sus tres triunfos mundialistas en 250cc en el campeonato de 1979 y cosechó dos podios en la categoría reina antes de verse abocado a abandonar su carrera en las motos por una grave lesión. Valentino le tomó el testigo para escribir con letras de oro el apellido Rossi en la élite del motor gracias a sus nueve títulos de campeón mundial.

En Italia, sin embargo, los primeros en dejar huella como padre e hijo en la élite fueron los Pagani. Nello Pagani conquistó el primer título mundial de 125cc en 1949 y acarició el título de 500cc ese mismo año. Alberto Pagani, por su parte, vivió su mejor año en 1972, cuando fue subcampeón mundial de 500cc, por detrás de su compañero de equipo Giacomo Agostini, a lomos de una MV Agusta.

En 1949 también estrenó el palmarés de 500cc el británico Leslie Graham. Cuatro años más tarde, por desgracia, perdería la vida a los 41 años tras un fatídico accidente en el TT de la Isla de Man. Su hijo Stuart conquistó dos carreras en 1967, su mejor año como piloto, cuando logró finalizar tercero en la clasificación general, tanto en 50cc como en 125cc. Su triunfo en la categoría ultraligera -el primero en su carrera- se produjo, precisamente, en el TT de la Isla de Man.

En España, el honor de compartir dos generaciones exitosas en la élite debía ser cosa de los Nieto. No podía ser de otra manera. Pablo Nieto, en 2003, cosechó su única victoria, en el Gran Premio de Portugal de 125cc, recogiendo así el testigo de la laureada carrera de su padre, el añorado Ángel, que dejó una huella imborrable con su legendario palmarés de 12+1. Pablo se impuso en aquella carrera por delante de Héctor Barberà y Alex de Angelis, en una cita en la que también participaron Pedrosa, Lorenzo, Bautista o Dovizioso.

Más recientemente, concretamente la temporada pasada en Jerez, el alemán Philipp Öttl conquistó su primer y único triunfo hasta la fecha en el Campeonato del Mundo. Fue en Moto3™. Su padre, Peter, acumuló un total de cinco victorias en su carrera. Tres de ellas llegaron en 80cc en 1989, cuando finalizó tercero en el campeonato -su mejor resultado-, mientras que las otras dos se produjeron en 1991 y 1996. La última de ellas fue en Mugello, superando a pilotos de la talla de Aoki, Rossi, Cecchinello o Alzamora.

Philipp, por su juventud, tiene mucha carrera por delante para intentar superar el palmarés de su padre. Una circunstancia que ya logró su compatriota Stefan Bradl, que se alzó campeón mundial de Moto2™ en 2011. Un triunfo que llegó justo veinte años después del gran hito de su padre, Helmut, cuando finalizó subcampeón de 250cc en 1991 tras conquistar cinco carreras.

En clave australiana encontramos a los Gardner. En la actualidad, Remy Gardner (ONEXOX TKKR SAG Team) trata de seguir la senda del éxito marcada por su padre Wayne, que dejó huella en los ochenta y principios de los noventa, llegando a proclamarse campeón mundial de 500cc en 1987 con Rothmans-Honda. Remy ha empezado con buen pie el actual campeonato mundial de Moto2™ tras quedarse a las puertas del podio en Qatar.

En la élite del motociclismo también encontramos otros casos de padres e hijos pilotos, de mayor o menor éxito, como los finlandeses Aki y Niklas Ajo, los italianos Fosco y Mirko Giansanti, los franceses Patrick y Matthieu Lagrive o los alemanes Ernst y Reinhard Hiller. Los británicos Niall y Taylor Mackenzie también son un buen ejemplo. Niall firmó su mejor año en 1990 cuando finalizó cuarto en el campeonato mundial de 500cc por detrás del campeón, Wayne Rainey, Kevin Schwantz y Mick Doohan. Casi nada.

La familia Foray también es otra de las que sigue vigente en la actualidad. El padre, Jean, fue un habitual del Campeonato del Mundo en los 80 y los 90, con gran trayectoria en 250cc y una breve etapa final en 500cc. Sus hijos, los gemelos Kenny y Freddy, también han tratado de seguir sus pasos. Kenny, en la actualidad, forma parte del equipo Tech 3 E-Racing de MotoE™, como compañero del español Héctor Garzo.

Numerosos pilotos han ampliado el legado de dos generaciones de pilotos en el Campeonato del Mundo. Es cuestión de tiempo que podamos disfrutar de más casos como la familia Bulega. Nicolò, apuesta de Sky Racing Team VR46 en Moto2™, sigue en la actualidad los pasos de su abuelo Bruno y su padre David. Tres generaciones al servicio de las motos. Historias que dejan huella y que vienen cargadas de emociones. ¡Feliz Día del Padre, a todos!

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