Marc Márquez (Repsol Honda Team) vivió el pasado domingo un 'déjà vu' en toda regla. Justo dos semanas después del gran golpe protagonizado por Andrea Dovizioso (Ducati Team) en la última curva de Red Bull Ring, el de Cervera volvió a sufrir un episodio prácticamente idéntico ante Álex Rins (Team Suzuki Ecstar) en Silverstone.
Al líder del campeonato mundial de MotoGP™ no le pilló por sorpresa el revolcón final en el trazado británico. Pese a la sorpresiva maniobra de Rins por el interior en el último suspiro tras haber amagado por el exterior en la vuelta anterior, Márquez ya era plenamente consciente de las dificultades que entrañaba ese preciso punto para su pilotaje.
De hecho, la 'inseguridad' de Marc con dicha curva era prácticamente 'vox populi', ya que el '93' se encargó de manifestarlo tiempo atrás. En 2017, en un reportaje 'off season' con el de Cervera como protagonista, su relato resultó casi profético.
"Una de las curvas que me cuesta un poco, es una curva que me gusta, pero donde pierdo mucho tiempo, es la última curva de Silverstone, la curva rápida antes de la línea de meta", confesó Marc hablando del giro de Woodcote en aquella ocasión.
Su discurso, de hecho, estaba plenamente fundamentado ya que, en 2013, en su temporada como rookie en la que acabaría alzando el primero de sus 5 títulos de la categoría reina, Márquez ya había sufrido las particularidades de la última curva en un mano a mano con su actual compañero, Jorge Lorenzo, en el que el entonces piloto de Yamaha se llevó el gato al agua por tan solo 81 milésimas.
"Allí tengo que luchar, no sé por qué, porque me gustan las curvas rápidas, pero esta es una de esas curvas que, si pudiera cambiar, lo haría", sentenció Marc sobre la última curva del trazado británico, la única de las 266 que componen el total del calendario en la que admite ciertos síntomas de debilidad.
Pese a ceder en el último suspiro ante el enorme empuje de Rins, Márquez salvó un botín de 20 puntos en Silverstone que, unido a la caída de Dovizioso tras el 'crash' con Fabio Quartararo (Petronas Yamaha SRT), le permite ampliar su renta al frente de la general hasta los 78 puntos. La espina de Woodcote, sin embargo, seguirá ahí clavada durante un tiempo.