El Autódromo Internacional del Mugello se podría definir como un escenario de grandes épicas culminadas y de otras que casi lo fueron… como ocurrió en 1995 en el pintoresco trazado toscano, que acogerá la sexta prueba de la temporada 2023 el próximo fin de semana del 9 al 11 de junio.
Can't argue with that! ❤️
— MotoGP™???? (@MotoGP) June 4, 2020
1994 Cagiva 500 C594 pic.twitter.com/c5oxipgjAr
Hace dieciocho años, el Gran Premio de Italia se disputó exactamente en las mismas fechas que este año, del 9 al 11 de junio, y contó con un invitado especial: Pierfrancesco Chili. El piloto italiano, que se encontraba compitiendo en WorldSBK con Ducati, se armó de valor y cargó con la mítica Cagiva 500, retirada de la competición escasos meses antes. La marca de Bolonia formaba parte del mismo grupo que Cagiva, dirigido por Claudio y Gianfranco Castiglioni.
Realmente, ¿cuáles eran las probabilidades de que una moto carente de desarrollo y un piloto falto de práctica en MotoGP™ consiguiesen hacer sonar las alarmas?
La incógnita se cernía sobre ellos, pero el atractivo del desafío que afrontaba aquel tándem era innegable: un piloto italiano sobre una máquina italiana. Aquello era más que suficiente para que aficionados y expertos en el deporte de motor a dos ruedas más rápido del mundo palpitaran: "Recordarlo todavía me pone la piel de gallina", declara Chili en una entrevista con el periodista italiano de motogp.com Jeffrey Zani. "Cuando entré en la pista y me acerqué a Casanova-Savelli, los espectadores se pusieron en pie. Les saludé con un gesto con mi pie izquierdo".
Pese a que fue un fin de semana repleto de emociones, el punto álgido llegó durante la sesión de clasificación, con el 'pack' italiano haciendo vibrar al entregado público: "A diez minutos del final, solo Mick Doohan me había superado". El australiano, que pilotaba la Honda, era nada más y nada menos que el vigente Campeón del Mundo de la máxima categoría.
"Pero entonces comenzaron a caer algunas gotas, nada importante. Les dije a los mecánicos: neumáticos nuevos, voy a salir. Pero justo cuando me ponía el casco, Gianfranco Castiglioni, hermano de Claudio, me interceptó: '¿Dónde vas?', le contesté: 'A asegurar la pole position'. Pero fue inútil, bajaron las persianas y me dijo: ¿Ves a todos esos periodistas ahí fuera? Si te caes, la fiesta se acabará de golpe. Nos estás proporcionando más de lo que esperábamos. Ya está bien'".
Aun así, el sábado a lomos de la Cagiva resultó ser un éxito rotundo con el tercer mejor tiempo en su Gran Premio de casa. Todo aquello hizo disparar las expectativas para la carrera del domingo: "Mi ritmo era impecable y estaba convencido de que en una batalla con Doohan en la última vuelta, no sería él quien triunfara".
Sin embargo, no todas las historias tienen un final feliz: "Mi salida fue desastrosa", recuerda Chili, que en su fervor por recuperar el terreno perdido, "me fui largo en la primera curva a mitad de carrera. Me conformé con el décimo puesto. Fue una oportunidad perdida".
Pese al final agridulce, aquel fin de semana quedó grabado en la memoria de muchos aficionados italianos que la próxima semana tratarán de volver a vibrar con sus héroes locales, entre los que se encuentra el vigente Campeón del mundo Francesco Bagnaia (Ducati Lenovo Team).
¿Triunfará el número '1' en su GP de casa? Descúbrelo del 9 al 11 de junio, durante un Gran Premio Oakley de Italia.