1992: El inicio de una bella historia

Veinticinco temporadas conforman la historia del Aspar Team de su nacimiento hasta la actualidad.

Aspar Team, 1992

El Aspar Team no sería nada sin Jorge Martínez, sin esa visión de futuro que demostró desde el primer momento el valenciano cuando, todavía con gasolina en el depósito para seguir compitiendo, decidió dar los primeros pasos para poner en pie un equipo. El Team Coronas fue el precursor de una larga historia jalonada actualmente con cuatro títulos mundiales, dos títulos de CRT, dos campeonatos de Europa y seis entorchados nacionales.

En 1992, Aspar era el piloto español en activo con más títulos, después de haber sido el mejor piloto del mundo en su categoría cuatro veces entre 1986 y 1988 y el mejor de España en otras doce ocasiones. Aquel piloto de Alzira que sólo corría para ganar, y que forjó un vasto palmarés que le convertiría en uno de los máximos exponentes del motociclismo internacional, sabía que sus días como piloto expirarían. Por eso decidió fundar en 1992 el equipo que lleva su nombre, para continuar saboreando la gloria. Desde entonces hasta 1997 disfrutó del epílogo de su trayectoria profesional como jefe de su propio equipo. Varios podios y sus dos últimas victorias, logrados dentro de su propia estructura, figuran en el palmarés de Aspar.

¿Cómo y por qué nace el Aspar Team?

Aspar Team, 1992

El Aspar Team nació en 1992, cuando yo todavía competía, con la idea de que al colgar el mono pudiera continuar en el motociclismo, que es mi mundo. Fueron unos años difíciles, porque ser piloto y propietario a la vez, me supuso un gran esfuerzo. Quería seguir en el mundo que me gusta cuando dejara de competir. Este era mi mundo, desde que tenía 10 o 12 años siempre estuve ligado a la gasolina, a las carreras, y es lo que me gusta. Es el mundo que me ha dado todo, que me hace sufrir y no dormir, pero me encanta.

¿Qué le lleva a pensar en formar un equipo cuando todavía tenía una carrera por delante como piloto?

Yo venía de haber ganado cuatro títulos a finales de los ochenta con Derbi, las cosas nos habían ido muy bien. En el 90 competí con JJ Cobas y en el 91 lo hice con el equipo suizo de Michel Metraux, con una Honda. Sin embargo, veía que las cosas se hacían, pero no al cien por cien como a mí me gustaría. Tenía un gran apoyo de patrocinadores, como Ducados, Coronas, Cepsa o Repsol, y pensé ‘¿por qué, en vez de llevarlos a ellos a otros equipos, no monto mi propia estructura?’. Y así lo hice. Cuando empecé con el equipo, una de las primeras cosas en las que pensé es que la moto que buscara era para mí, para competir yo, pero al mismo tiempo sabía que algún día terminaría y dejaría de ser piloto, y me gustaría seguir dentro.

Ahora es normal ver a ex pilotos como jefes de equipo, pero ¿era habitual en aquel momento?

En aquel momento había otros equipos también, como el de Sito Pons, el de Ángel Nieto o el de Kenny Roberts, sí que había otros ex pilotos regentando equipos, pero nosotros tenemos ya una trayectoria de veinticinco años ininterrumpidos en el Mundial y ha habido otros que han ido entrando o saliendo del Mundial en esta etapa.

Aspar Team, 1992

¿Hasta qué punto ayuda en la gestión del equipo el haber sido piloto previamente?

Yo diría que beneficia en dos apartados. El primero es el trato con los pilotos, ya que es mejor a la hora de hablar con ellos, explicarles y ayudarles técnicamente, escucharles y entenderles, es una gran diferencia. Además, es bueno desde el punto de vista mecánico y técnico: el trato con las fábricas es un paso que te da una experiencia y una visión técnica distinta que desde fuera no se ve.

No todo sería perfecto en este paso de piloto a jefe de equipo…

Pasar de ser el piloto a ser el jefe del equipo tiene una parte dura. Cuando eres el piloto, eres la estrella, una parte de todo el éxito, pero la más importante. Cuando pasas a ser propietario la diferencia es abismal, eres responsable de que todo funcione y pasas a ser uno más. Tienes que centrarte en que todo esté en su sitio.

Comentaba antes que lo primero en lo que pensó es que buscaba una moto para correr. Pero también amplió la estructura con varios pilotos en el Campeonato de Europa, como el alicantino Juan Bautista Borja.

Sí, en 1992, además de correr yo en el Mundial, empezamos con una estructura en el Campeonato de Europa con Emilio Alzamora, Javier Bou y Chema Rosés. También incorporamos a Batiste Borja, que era un piloto con un don natural muy bueno, muy valiente, y creo que tuvo todo el potencial para hacer grandes cosas en el Mundial, pero no le acompañó la suerte. Aquel año llegó a ser campeón de Europa. Empezó a marcar la diferencia desde las primeras carreras, y supo aprovechar el momento.

Otro momento dulce de 1992 fue su primera victoria en este doble papel piloto-jefe de equipo.

En 1992 además conseguí la primera victoria como jefe de equipo, en el gran premio de Suráfrica. Era la última carrera de la temporada, la recuerdo con mucho cariño. Había dos pilotos que se jugaban el mundial, Alessandro Gramigni y Fausto Gresini. Yo no tenía opciones de ser campeón y me dije: “tengo que ganar”. Cuando terminó el warm up me fui a ver a Gramini y le dije: “tú quieres ganar el Mundial, ¿verdad? Yo quiero ganar la carrera, tú me ayudas y yo te ayudo”. Se quedó impactado ante tanta contundencia. En Mugello, hace un mes, le vi y me lo recordó. Al final, los dos conseguimos nuestro objetivo.