Tan sólo 24 días después de fracturarse la tibia y el peroné de su pierna derecha, Valentino Rossi (Movistar Yamaha MotoGP) pudo lograr un puesto en primera línea y acabar tercero la carrera tras rodar segundo durante 11 vueltas. Todo esto fue posible, además del talento innato de una leyenda, gracias a la solución de frenado que Brembo facilitó al italiano para remediar el problema de su pierna derecha.
Brembo facilitó al nueve veces campeón del mundo una bomba de freno que se puede controlar con el pulgar. Esta solución permite al piloto controlar el freno trasero sin usar su pie derecho. En vez de hacerlo, simplemente usa una palanca situada en la parte inferior de su manillar izquierdo que se controla con el pulgar.
El italiano ya usó un freno parecido en Brno: siendo la versión estándar, la bomba de freno disponía de las dos opciones (frenar con el pie y con el pulgar), pero sólo se podía activar una de las dos simultáneamente. Tras la lesión, pidió una solución con dos circuitos diferentes con el objetivo de frenar tanto con el pie como con el pulgar al mismo tiempo. De esa forma, el italiano pudo ayudarse con ambas extremidades para frenar.
Esta solución técnica ya se comenzó a aplicar hace 25 años, cuando Mick Doohan se lesionó durante el DutchGP en 1992. Tuvo que ser operado, y tras sufrir el riesgo de perder la pierna derecha, logró recuperarse. Poco a poco fue recuperando la sensibilidad con la bomba de freno que se puede controlar con el pulgar. Acabó ganando 5 campeonatos del mundo.
Esta solución de Brembo no es nada nuevo para MotoGP™: ha sido adoptada por Maverick Viñales en Yamaha y Andrea Dovizioso, Jorge Lorenzo y Danilo Petrucci en Ducati. El piloto de Terni explica su funcionamiento en un video del Octo Pramac Racing.
En términos prácticos, es como un control de tracción: se activa en la mitad de curva con el objetivo de estar cerca del punto de tracción de las gomas a la hora de levantar la moto lo antes posible. Además, en las curvas de derechas los pilotos con tamaños de pie grandes pueden tumbar más puesto que no hay riesgo de contactar con el asfalto.