Se me hace difícil escribir porque todavía tengo una mano en la cabeza tras el espectáculo que dieron Márquez y Dovizioso en Qatar. Todo el mundo esperaba el año pasado que Andrea Dovizioso, el piloto más constante, lograra unos podios y alguna victoria. Agunos dudaron cuando Ducati tuvo que elegir entre él y Andrea Iannone, otros afirmaron que el piloto fuerte de Ducati iba a ser Jorge Lorenzo.
Por supuesto que Dovi siempre había sido rápido: nadie gana un título de 125cc y es subcampeón de 250cc sin merecerlo, pero a la hora de ascender a MotoGP™ las dudas crecieron. Los comienzos fueron positivos en la clase reina, pero quizás no para convertirse en un candidato al título. Ganó la carrera de Donington Park en 2009 para el Repsol Honda Team, pero no fue hasta 2016 cuando se llevó su segundo triunfo.
Con Lorenzo en el equipo en 2017, la constancia de Dovizioso parecía relegada a un segundo plano. Un tipo honesto y amigable, que parecía no tener la misma ambición que el resto. ¡Qué equivocados estábamos! Mientras que el balear sufría, el italiano ganaba carreras, y se las quitaba nada más y nada menos que a Marc Márquez. Las victorias de Austria y Japón demostraron que la constancia de Dovi ya era algo más que constancia: que Dovizioso era un candidato al título.
Este comienzo de temporada en Qatar no ha hecho más que confirmarlo: la constancia de Dovizioso está más que preparada para el asalto al título. No cometeremos el error de infravalorar al 04.