La temporada 2019 no va a ser una cualquiera para Johann Zarco. El piloto francés ha visto cortada su progresión en la categoría reina y el camino hacia los éxitos con KTM se intuye más lento y progresivo.
Después de alzarse con el campeonato mundial de Moto2™ en 2015 y 2016, Zarco encadenó dos sextos puestos en la clasificación general en sus dos primeros años en MotoGP™ con el equipo Monster Yamaha Tech 3. La transición a Red Bull KTM Factory Racing, en cambio, no ha sido, precisamente, un camino de rosas.
Los test de final de año dejaron en el piloto francés un mal sabor de boca y no tuvo reparos en admitirlo, al reconocer en Valencia que había ido “peor de lo esperado”. En Jerez, en cambio, las sensaciones fueron algo más positivas, pero sin perder de vista la realidad. Hay mucho trabajo por delante.
El tercer puesto de su nuevo compañero de equipo, Pol Espargaró, en el pasado Gran Premio Motul de la Comunitat Valenciana supuso una inyección de moral para las aspiraciones del equipo pero Zarco deberá aprender a aclimatarse a una moto que ofrece unas prestaciones muy distintas a la M1.
El piloto francés es consciente del gran trabajo que tiene por delante para desarrollar una moto competitiva pero también mantiene la esperanza de las mejoras técnicas que puede implementar la firma austríaca en las próximas semanas. Su confianza en el proyecto es máxima y Sepang emerge como una gran oportunidad para empezar a demostrar que este binomio no ha hecho más que comenzar.
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