Cuando creía que lo había superado, llegó Jerez. El ganador de Grandes Premios y del TT, Mick Grant, me dijo una vez que no se acercó a un circuito durante seis años después de retirarse de las carreras. El año pasado fui a Silverstone, mi primera visita a una carrera de MotoGP™ en cuatro años, después de haber dejado la cabina de comentaristas por última vez. Sinceramente, pensé que por fin estaba empezando a superar la experiencia de MotoGP™. Sonreí al pensar en los seis años de Mick en su travesía por el desierto. Pero me equivoqué. La culpa la tiene Jerez tras el pasado domingo.
¿Quién no podría amar ese lugar? Laderas repletas, sol radiante, un ambiente como el de un partido de fútbol y, por supuesto, las carreras. Desde hace 36 años, los aficionados de toda Europa acuden al sur, a Andalucía, a principios de mayo. Es una peregrinación anual a una zona, no solo a un circuito, que tiene el alma de los Grandes Premios de motociclismo. Podía sentirlo y olerlo mientras subía el volumen del mando a distancia el domingo y quería estar allí.
Recuerdo aquel primer Gran Premio en Jerez en 1987. Volar a Gibraltar y aterrizar en medio de un vendaval. Conduciendo a través de las colinas andaluzas y pasando por lagos para llegar a una ciudad que era famosa por su vino. Wayne Gardner ganando aquella primera carrera de 500cc a Eddie Lawson con los británicos Ron Haslam y Niall Mackenzie finalizando tercero y cuarto, respectivamente. Quién podría olvidar las celebraciones de 1995 cuando Alberto Puig se convirtió en el primer piloto español en ganar un GP de 500cc en su país.
Un año después, el caos se desató cuando el público invadió la pista en la última vuelta pensando que la carrera había terminado para celebrar la victoria de Alex Crivillé. El entonces Campeón del Mundo, Mick Doohan, de alguna manera, sorteó a los aficionados que invadían la pista y ganó la carrera con Crivillé sufriendo una caída en la última curva. El accidente de Doohan en los entrenamientos de 1999 puso fin a la carrera del pentacampeón mundial. A nivel personal, también fue especial la primera victoria de Bradley Smith en un Gran Premio de 125cc en 2009.
Rossi y Gibernau o Lorenzo y Márquez en la temida curva 13, ahora rebautizada como la curva Jorge Lorenzo en honor al cinco veces ganador en Jerez. Quién podría olvidar a Casey Stoner cuestionando el talento de Valentino Rossi, nueve veces ganador en Jerez, tras una colisión en la primera curva hace ahora 11 años.
Trabajé en un par de Grandes Premios de Fórmula 1 en el circuito, pero la afluencia de público era escasa y el ambiente, plano. Este es el país del motociclismo y todo lo que ello conlleva. El pescadito y las patatas fritas en el Puerto de Santa María, las carreras callejeras en Jerez, los aficionados saliendo de las discotecas cuando nos dirigíamos al circuito por la mañana. Incluso aquellas enormes colas de tráfico de los noventa me hacen sonreír ahora, aunque no por entonces. También aquella maravillosa primera cerveza fría sentado en la puerta del restaurante Don Pepe tras un duro día en la oficina/paddock.
'Pecco' Bagnaia, ganador de la carrera de MotoGP™ el pasado domingo, dijo que había sido un día precioso en Jerez. Tenía toda la razón. Me hizo darme cuenta de que todavía tengo un largo camino por recorrer. Mick Grant tenía razón.