Jorge Lorenzo tiene entre ceja y ceja el test de Qatar que arrancará el próximo 23 de febrero. El balear mantiene una dura pugna con el calendario con la misión de llegar a tiempo para participar en los segundos test oficiales de MotoGP™ en 2019.
Así lo confesó el propio piloto de Repsol Honda en su intervención en el After the Flag de la tercera jornada del test de Sepang. El tricampeón de la categoría reina no se mordió la lengua y volvió a dejar muchos titulares en el espacio conducido por Matt Birt y Neil Morrison.
Lorenzo explicó que hace cuatro días que empezó a “nadar en la piscina” en su objetivo de seguir quemando etapas para ir dejando atrás su operación de muñeca. “Este tipo de lesiones requieren de al menos un mes para sentirnos realmente bien y ahora estamos en el día 17, así que todavía queda un proceso bastante largo por delante, quizás la mitad”, explicó Jorge.
El mallorquín no tuvo reparos en admitir que, probablemente, llegará entre algodones al próximo test oficial: “En el test de Qatar probablemente no estaré al 100%, pero estaré listo para pilotar y obtener información”. Tras varios meses parado también resulta complicado predecir sus sensaciones sobre la moto: “Es difícil saber cómo me sentiré a más de 300 km/h en la recta y al frenar para detener la moto”.
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— Jorge Lorenzo (@lorenzo99) 8 de febrero de 2019
Pese a la larga espera, Lorenzo cree que “la recuperación está yendo más rápido que en los casos normales, lo que es una buena señal, y todavía nos quedan 14 días para Qatar, así que aún nos quedan muchos días para mejorar”. Sabe que las molestias seguirán ahí cuando comience a rodar, pero ya tiene un objetivo fijado en el horizonte: “Creo que podré ser competitivo en la tercera carrera” (Gran Premio Red Bull de Las Américas, 14 de abril).
El ecosistema interno de HRC ha provocado que el ‘99’ se sienta muy cómodo. “Me gusta la moto y me gusta el equipo. Es un equipo muy profesional. Estoy agradecido por la atención y la forma en que escuchan mis opiniones sobre la moto”, explicó, antes de añadir que la RC213V “es muy diferente” a la Desmosedici: “Basta con mirar las dimensiones de la moto para darse cuenta de la diferencia. Es mucho más pequeña y tiene puntos positivos y negativos”.
Lorenzo considera que su adaptación, pese a todos los inconvenientes encontrados por el camino, “ha sido genial”, y reivindica su cuarta plaza en el pasado test de Jerez: “Ahora mi objetivo es recuperarme de esta lesión para poder rodar como lo hice allí”. En ese sentido, pretende “trabajar mucho” para mejorar la moto, advirtiendo que “la moto perfecta no existe”.
La temporada de su estreno en Repsol Honda puede estar marcada por su lesión en el escafoides pero, como buen espartano, Jorge piensa que “nada es imposible en MotoGP™”. Pese a ello, entiende que “hay que ser realistas” por su situación actual y las “limitaciones” en “la experiencia de conocer la moto”.
“Seguro que tendremos problemas en Qatar y en las próximas dos o tres carreras, pero nuestro objetivo es mejorar la moto y, si podemos ser rápidos, podemos ganar carreras y, si va mucho mejor de lo esperado, podemos luchar por el título”, aventuró Lorenzo, que, sin embargo, matizó su discurso con sinceridad. “Ahora mismo no soy uno de los favoritos”, declaró, trasladando la responsabilidad a otros pilotos “como Marc, que deben liderar y luchar por el título mundial, junto con Dovizioso, Valentino, que siempre está ahí y conoce la moto y Viñales, por ejemplo”.
El mallorquín elogió el potencial demostrado por las Ducati en Sepang pero remarcó también el dominio de Márquez el primer día y la cercanía de Bradl y Nakagami respecto a las primeras posiciones. El inicio de la nueva temporada promete un espectáculo maravilloso: “Estamos viviendo una época dorada porque las carreras son espectaculares y la competición está más apretada que nunca”. Jorge cuenta los días para acabar con su particular calvario. “Estoy deseando volver a subirme a la Honda”. En Qatar la larga espera tocará a su fin.