El Repsol Honda Team debe estar preparado ante la posibilidad de celebrar que Marc Márquez conquiste el título mundial de MotoGP™ el próximo domingo en Tailandia, pero apuesto a que no han desvelado sus planes a su piloto. Parece casi un milagro cuando un piloto gana un Campeonato del Mundo y aparece mágicamente en el podio con una camiseta que proclama con orgullo su increíble logro.
A menudo, un nuevo casco aparece milagrosamente en su regazo, mientras que, en los últimos años, el 'show' también se ha extendido a pie de pista a la hora de hacer algún comentario conmovedor o celebrar el número exacto de títulos mundiales conseguidos. Mientras todas las celebraciones se llevan a cabo en el circuito, la biografía del Campeón del Mundo y sus respectivas imágenes ya han sido transmitidas por todo el mundo a través de múltiples medios de comunicación.
Si Márquez no consigue su octavo título mundial en el circuito de Buriram, Repsol Honda tendrá 4 oportunidades más para culminar sus planes de celebración, pero no siempre ha sido así. En 1992, fui Media Manager del Rothmans Honda Team y estábamos preparados para que Mick Doohan consiguiera el título mundial de 500cc en la última ronda de un extraordinario Campeonato en Kyalami (Sudáfrica).
Un total de 250 camisetas estaban escondidas para proclamar a Mick como el nuevo campeón, mientras que un número similar de dosieres de prensa con su biografía y fotografías estaban listas para ser distribuidas en el media centre tras ver la bandera a cuadros. De camino a casa en Inglaterra, alrededor de mil kits similares estaban listos para ser publicados alrededor del mundo, en una época en la que, por supuesto, no había internet.
Mick llegó a Sudáfrica con una ajustada ventaja de 2 puntos sobre el vigente campeón, Wayne Rainey, tras una remontada realmente notable que había llevado incluso la valentía y la determinación del australiano a un nuevo nivel tras luchar contra el dolor y las lesiones. Se había escapado hacia el título hasta que se rompió la pierna en una caída en Assen. A los 3 meses le sobrevino un dolor atroz, cuando incluso tuvo que soportar que le cosieran las dos piernas para evitar la posibilidad terible de que le amputaran la pierna derecha. Volvió a competir en la penúltima cita, después de perderse 4 Grandes Premios, con una ventaja de 22 puntos sobre Rainey, como una sombra del piloto que había dominado el Campeonato hasta Assen.
Los 70 años de historia de los Grandes Premios han dado lugar a extraordinarias carreras de puro coraje y la 12ª posición de Mick en el peligroso y escurrridizo circuito de Interlagos, a las afueras de Sao Paolo, en Brasil, ha sido sin duda la más valiente que he presenciado nunca. Especialmente, porque no consiguió ningún punto para el campeonato y Rainey ganó -entonces sólo los 10 primeros clasificados sumaban puntos-.
Dos semanas más tarde, llegaría el desenlace. Mick había trabajado día y noche para mejorar su forma física y ganar fuerza para la batalla de casi 120 kilómetros que decidiría el resultado del Campeonato. Luchó como un tigre para terminar en sexta posición, pero Rainey hizo lo suficiente para alzarse con el título. El piloto de Yamaha corrió la carrera perfecta por detrás de John Kocinski y Wayne Gardner para terminar 3º y conservar su título por 4 puntos.
Cortar las camisetas y los dosieres de prensa fue una tarea incómoda después de ver de primera mano todo lo que un piloto estaba dispuesto a hacer con su cuerpo para ganar el título. Un año más tarde, Mick, más fuerte y en forma, regresó y, en 1994, por fin, ganó su primer título mundial. Durante 5 temporadas consecutivas se lució con esa camiseta ganadora del Campeonato del Mundo que su valentía y habilidad merecieron.
Sin embargo, no creo que el Repsol Honda Team vaya a sacar esas mismas tijeras después de los próximos 5 Grandes Premios que restan esta temporada.