Cuando Enea Bastianini todavía corría en el Campeonato del Mundo de Moto3™, nos sentamos en una pequeña piscina de Argentina para hablar de las carreras que se disputaban en el TT de la Isla de Man. El joven italiano estaba fascinado por la historia de los Grandes Premios y este pasado domingo fue él quien pasó a formar parte esa increíble historia en una emotiva noche, no solo para el Gresini Racing, sino para todo el paddock de MotoGP™.
Como recordaba, estuvimos más de una hora sentados y hablando en la piscina de aquel hotel situado en las calles traseras de Termas de Río Hondo, sobre el circuito de 60,721 km que albergó la primera carrera de la historia de la categoría reina el 17 de junio de 1949. El pasado domingo, Bastianini se unió a esa élite de ganadores con una sorprendente victoria bajo los focos del Circuito Internacional de Lusail. ¿Quién habría soñado con pilotar en un GP iluminado artificialmente hace 74 años?
Qué fantástico comienzo de la temporada 2022. Nunca ha habido una indicación más gráfica de que los tiempos están cambiando. La nueva generación de pilotos de MotoGP™ ha llegado liderada por pilotos como el ganador Bastianini o el autor de la 'pole', Jorge Martín. El podio lo completaron otros dos pilotos que seguramente van a acaparar titulares a medida que se desarrolle la temporada: Brad Binder y Pol Espargaró. El sudafricano, con su KTM, logró hacer un buen comienzo de carrera que le valió para asegurarse el podio, mientras que el menor de los Espargaró, quien lideró gran parte de la prueba, seguramente conseguirá su primera victoria en la categoría reina con la renovada Honda mucho antes de que termine la temporada.
Todo esto en una temporada que, finalmente, esperemos que no esté marcada por la COVID-19. Se nos abrió el apetito el domingo, pero esa noche pertenecía a uno de los verdaderos héroes del paddock que perdió la vida a manos del coronavirus el año pasado. Su legado no podría haberse celebrado de mejor manera. A Fausto Gresini le encantaba forjar a los jóvenes talentos en las categorías menores antes de lanzarlos al mayor escenario de todos. Por ello, no es de extrañar que el piloto al que apodan 'La Bestia' llorara al llegar al box después de celebrar su primera victoria en MotoGP™. Estoy seguro de que Fausto miraba con una enorme sonrisa y ya está planeando la siguiente victoria e incluso el título mundial.
Después de haber ganado dos títulos mundiales de 125cc y 21 Grandes Premios, Fausto formó su propio equipo con base en el Circuito de Misano, en ese semillero de carreras de la costa adriática de Italia. Produjo máquinas ganadoras del Campeonato del Mundo para Daijiro Kato y Toni Elías en los Campeonatos del Mundo de 250cc y luego de Moto2™. Al igual que Bastianini, que ganó el título de Moto2™ en 2020, ambos pasaron a MotoGP™. Elías llevó al equipo al éxito en el Gran Premio de Portugal de 2006, mientras que pilotos como Marco Melandri y Sete Gibernau ganaron carreras, pero nunca el Campeonato del Mundo con Fausto. Tanto Gibernau como Melandri estuvieron más cerca en 2004 y 2005, cuando fueron subcampeones con la Honda Movistar por detrás de Valentino Rossi.
Pero no todo han sido alegrías. El equipo de Fausto también ha tenido que lidiar con la tragedia. Kato murió durante el Gran Premio de Japón de 2003 en Suzuka. Ocho años después, otro antiguo Campeón del Mundo de 250cc, Marco Simoncelli, perdió la vida en el Gran Premio de Malasia, justo una semana después de conseguir su segundo podio de MotoGP™ en Australia. En ambas ocasiones, el equipo dirigido por Fausto gestionó las situaciones desgarradoras con orgullo y dignidad. Siguieron compitiendo, y quién podría olvidar la emotiva victoria de Michele Pirro en Moto2™ en Valencia, tan solo dos semanas después de la muerte de Simoncelli.
Dignidad y orgullo es lo que tenía Fausto Gresini. Siempre al frente, tanto desde el sillín como desde el 'pitlane'. Estoy seguro de que todo el mundo en Qatar y alrededor del planeta celebró la histórica victoria de Bastianini con su equipo y especialmente con su mujer, Nadia.