La victoria corría por las venas de Soichiro Honda

Nick Harris repasa la hegemonía de la fábrica japonesa en Alemania y revive también sus primeros pasos en el Campeonato del Mundo

Por primera vez desde hace más de una década habrá un nuevo piloto y un nuevo fabricante ocupando el escalón más alto del podio de MotoGP™ en el circuito de Sachsenring el próximo domingo. Honda llega a Alemania con pocas posibilidades de victoria en un circuito en el que ha dominado totalmente la prueba de MotoGP™ durante los últimos 11 años. Marc Márquez ha ganado los últimos ocho Grandes Premios de Alemania, después de que lo hiciese Dani Pedrosa en tres ocasiones consecutivas. Este año, Márquez no estará allí para conseguir el noveno triunfo en la categoría reina en el circuito de Sajonia, al estar apeado de la competición activa tras su reciente intervención en el húmero derecho.

Son tiempos difíciles para la fábrica japonesa, que ha dominado los Grandes Premios durante seis décadas, con una asombrosa cifra de 812 victorias, 312 de ellas en la categoría reina. Esta temporada, Honda tan solo cuenta con un tercer puesto en MotoGP™ gracias al logrado por Pol Espargaró en la ronda inaugural en Qatar. En todo caso, seguro que volverán a subir al escalón más alto, porque ya han estado allí antes. El añorado Soichiro Honda no esperaría ni exigiría menos.

Hace 68 años, un tal Soichiro Honda llegó sin avisar a la Isla de Man para disfrutar de la carrera de 125cc del TT y regresó a casa con la promesa de que algún día volvería para participar, enfrentarse y vencer al mundo. Aquella fue una promesa que nunca rompió y que sienta los cimientos de la historia de Honda en las carreras. Una promesa y una historia que jamás podrán ser olvidadas.

Dos cosas sorprendieron a Soichiro en aquella primera visita a la Isla de Man. La velocidad y la destreza de la ingeniería de los fabricantes europeos, y, especialmente, las motos alemanas NSU de 125 y 250cc, magníficamente construidas, que estaban dominando los Campeonatos del Mundo. El segundo impacto fue el sentimiento antijaponés del pueblo británico, a pesar de que hacía nueve años que había terminado la Segunda Guerra Mundial. El Sr. Honda regresó a Japón con una maleta llena de cadenas, carburadores y neumáticos lista para emprender el viaje. Pasaron cinco años antes de su vuelta a la Isla de Man dispuesto a enfrentarse al mundo.

Un año más tarde, Honda empezó a competir en la Mount Asama Volcano Race, situada en un pueblo al pie de un volcán activo en la isla de Honshu, en Japón. La superficie de la pista que rodeaba el circuito de 18 kilómetros era de ceniza volcánica comprimida. Su principal competencia era Yamaha y Suzuki. Una década después, luchaban entre sí por los títulos mundiales. El Sr. Honda volvió finalmente a la Isla de Man en 1959. Esta vez no llevaba una maleta y un cuaderno, sino un equipo para competir en el Campeonato del Mundo. Se trataba de la ronda inaugural del Campeonato del Mundo de 125cc, que se componía de diez vueltas al acortado circuito TT de Clypse y la fábrica contaba con tres pilotos japoneses que nunca habían disputado una carrera completa sobre una superficie de asfalto y el estadounidense Bill Hunt, que también era el oficial de enlace del equipo.

El Team Manager era Kiyoshi Kawashima, quien más tarde se convertiría en presidente de Honda Motor Company. Sus máquinas Honda RC 142 contaban con un motor doble DOHC de transmisión cónica con culatas de cuatro válvulas. La velocidad punta era inferior a la de sus homólogas italianas y de Alemania del Este. Los pilotos carecían de experiencia en la superficie de la pista, pero solían ser fiables y nunca se rendían. El resultado fue el premio por equipos, incluyendo un sexto puesto para el piloto japonés Naomi Taniguchi. Honda ya estaba ahí y el mundo tenía que tomar nota.

Dos años después llegó la primera de esas 812 victorias, cuando el australiano Tom Phillis ganó el Gran Premio de España de 125cc de 1961 en el circuito de Montjuic, en Barcelona. Honda ya estaba en la senda del éxito, En Hockenheim, Kanematsu Takahashi se convirtió en el primer piloto japonés en ganar un Gran Premio con una victoria en 250cc. Mike Hailwood consiguió el primer título mundial para la fábrica del ala dorada en la penúltima prueba del Campeonato de 250cc de 1961 con una victoria en Kristianstad (Suecia). Fue su primer título mundial y Honda se convertía en la primera máquina japonesa en conseguir un título mundial.

Ningún escenario es mejor que Sachsenring para comprobar la tarea que tiene Honda por delante. Esperemos que su inspirado líder Marc Márquez vuelva a la lucha la próxima temporada. Es un reto enorme que ambas partes son capaces de afrontar, porque ganar forma parte del ADN de Honda y aquellas promesas hechas por Soichiro Honda hace 68 años nunca se han olvidado. Él no esperaría menos.

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