Nunca había tenido que consultar la agenda. El último sábado de junio era Assen, seguido ocho días después por Spa. La noche del jueves en Assen daba el pistoletazo de salida a diez días de caos total y algunas carreras brillantes. Carreras de coches, fechas límite, ferris nocturnos, vuelos en aviones antiguos, patatas fritas con mayonesa, mucha cerveza fría y parking planificado; todo ello para garantizar dos grandes premios consecutivos en dos lugares clásicos de Europa, que de alguna manera producían ejemplares y fotografías en las páginas de nuestras respectivas revistas.
Las carreras en Assen siempre se celebraban los sábados, un guiño a los primeros tiempos en los que no se quería afectar a la asistencia a las iglesias locales. Aparcar temprano la mañana de la carrera era una parte crucial del plan. Cuando terminaba la última carrera, había que salir de Assen por la carretera con una bolsa de films y resultados fotocopiados de 50cc, 125cc, 250cc, 350cc, 500cc y sidecar de camino al Hook of Holland y al ferri nocturno de vuelta a Inglaterra. Ese viaje de 250 km era nuestro propio Gran Premio y el tiempo apremiaba. Los FIM Stewards estarían muy ocupados. Una vez de vuelta en Inglaterra, el domingo por la mañana teníamos que conducir hasta la oficina, escribir 2.000 palabras, mecanografiar los resultados, revelar los films y dormir.
Las carreras en Assen siempre se celebraban los sábados, un guiño a los primeros tiempos en los que no se quería afectar a la asistencia a las iglesias locales. Aparcar temprano la mañana de la carrera era una parte crucial del plan. Cuando terminaba la última carrera, había que salir de Assen por la carretera con una bolsa de films y resultados fotocopiados de 50cc, 125cc, 250cc, 350cc, 500cc y sidecar de camino al Hook of Holland y al ferri nocturno de vuelta a Inglaterra. Ese viaje de 250 km era nuestro propio Gran Premio y el tiempo apremiaba. Los FIM Stewards estarían muy ocupados. Una vez de vuelta en Inglaterra, el domingo por la mañana teníamos que conducir hasta la oficina, escribir 2.000 palabras, mecanografiar los resultados, revelar los films y dormir.
Dos días después, estábamos listos para volver a empezar el proceso en el magnífico circuito de Spa Francorchamps, excavado en el bosque de las Ardenas belgas. A menudo, volábamos al otro lado del Canal de la Mancha. Una vez viajamos gratis en un antiguo Viscount que utilizaba un tal Richard Branson para crear una nueva aerolínea. Gracias a Dios, nada de carreras TT de F1 o F2, pero igual de divertidas. Una carrera en domingo significaba plazos más ajustados. Teníamos que salir incluso antes para coger el vuelo de vuelta. Recuerdo que durante la carrera de sidecares se lanzó una bolsa de films sobre la pista desde el interior de la horquilla de La Source para que pudiéramos salir antes que el tráfico.
Assen y Spa, las carreras consecutivas más memorables de la temporada... Bueno, en realidad no tanto. Cualquiera que haya tenido la suerte, aunque puede que no haya utilizado esas palabras exactas en ese momento, de embarcar en ese ferri nocturno entre Finlandia y Suecia después de sus respectivos Grandes Premios estará de acuerdo. ¿Fue el alivio de salir vivo de Imatra o la preocupación de dejar Anderstorp con la perspectiva de correr sobre las vías del tren de Imatra? ¿Fue el hecho de que nunca oscureciera mientras el barco serpenteaba a través de cientos de pequeñas islas? Tal vez una combinación de ambas cosas, pero la fiesta, la música alta y la cerveza sin duda jugaron su rol..
Los pilotos, los equipos y los medios de comunicación acaban de completar tres Grandes Premios consecutivos en solo 15 días. No creo que ni mi cerebro, ni mi cuerpo, ni mi hígado hubieran podido soportar esa tensión. Disfrutad del descanso estival, os lo merecéis.