¡Han llegado las vacaciones de verano! Si la primera mitad de la temporada sirve de indicador, no apagues el teléfono mientras estés tumbado en la playa. Nunca en los 75 años de historia de este deporte habían ocurrido tantas cosas en los primeros cuatro meses. Es fácil, tan solo comprueba lo que ha ocurrido en la pista para darte cuenta de la extraordinaria primera mitad que hemos presenciado.

Dimos por sentada la acción en pista y no nos ha defraudado. El domingo en Sachsenring lo resumió a la perfección. Jorge Martín se unió a ese no tan exclusivo club de caídas en la curva uno para entregarle a Francesco Bagnaia el regalo de bodas ideal: el liderato del Campeonato del Mundo. La batalla de los hermanos Márquez por el segundo puesto, la lucha por el podio tras el ganador de Moto2™, Fermín Aldeguer, y la batalla por los honores de Moto3™ entre David Alonso y Taiyo Furusato… ¡Es lo que esperábamos!

Supongo que cuando Bagnaia y Fabio Quartararo firmaron su fidelidad con sus respectivos equipos, casi antes de que una rueda hubiera girado, nos dimos cuenta de que esto iba a ser muy diferente.

Con los contratos de tantos pilotos a punto de expirar al final de la temporada, era inevitable. Los medios de comunicación se deleitaban con la rumorología sobre dónde irían Marc Márquez y Jorge Martín el año que viene, tanto como informaban de las carreras. Me encantan los anuncios que llegan de la nada y vienen en grandes paquetes.

Los anuncios que confirmaron que Márquez pasaría a la Ducati oficial y Martín a Aprilia fueron un sueño para los periodistas, pero había mucho más por llegar. De la nada, Bastianini y Viñales a KTM Tech3. Coge aire porque hay más. Bezzecchi a Aprilia, Pramac a Yamaha y Aleix Espargaró a HRC como piloto probador. Todo esto antes de las vacaciones de verano.

A veces, el cambio a un equipo rival es el secreto peor guardado. No fue exactamente una rueda de prensa explosiva en Valencia 2003, cuando Valentino Rossi anunció que se unía a Yamaha la temporada siguiente. Recuerdo a Casey Stoner en una profunda conversación con el vicepresidente de HRC, Shuhei Nakamoto, en el bar del hotel del aeropuerto de Dresde antes de las vacaciones de verano de 2010. La temporada siguiente dejaría Ducati para llevar a Honda al título mundial.

El cambio que me pilló completamente desprevenido, y creo que a la mayoría de los demás, se produjo en 1988. Mi teléfono sonó muy temprano una mañana de diciembre. Un furioso Wayne Gardner estaba en línea desde Australia. ¿Sabía que Eddie Lawson dejaba Yamaha y se uniría a él en Honda la próxima temporada? Como jefe de prensa de Honda, supuso que lo sabía, pero no era así. Siguió siendo un secreto hasta que volví de California con vídeos, fotografías y citas de Eddie. Ganó el título mundial la temporada siguiente y volvió a Yamaha, trabajo hecho.

A veces, un periodista puede quedar atrapado en el fuego cruzado. Barry Sheene me llamó en enero de 1982 para decirme que había rechazado una oferta para pilotar en el equipo Yamaha de Giacomo Agostini esa temporada, pero que no se lo dijera a nadie más. Esa misma mañana, Graeme Crosby llamó desde Nueva Zelanda. Suzuki le había dado la baja de forma polémica y no tenía moto para la temporada. Le dije que llamara a Ago. Al final de la semana, había firmado con el equipo y debutó en Argentina dos meses después. Acabó subcampeón del mundo de 500cc, pero nunca se lo dije a Barry.

La primera cerveza en el paddock después de las vacaciones de verano siempre era divertida. Las narices quemadas por el sol, las historias de playas y clubes nocturnos fluían, pero en Brno en 2002 fue mucho más sombrío de lo habitual. Un mensaje de Barry Sheene en el que revelaba que tenía cáncer interrumpió temporalmente los recuerdos de las vacaciones. Kenny Roberts le llamó inmediatamente y, más tarde esa noche, brindamos con la gloriosa cerveza de Brno. Las historias sobre esta increíble persona y gran Campeón del Mundo fluyeron hasta bien entrada la noche.

Disfrutad de las vacaciones de verano, porque lo más duro de la temporada está aún por llegar. Once carreras en poco más de tres meses en tres continentes distintos. Recuerda, ¡mantén el teléfono encendido!