Gesta de Márquez y Nakagami: No todos los héroes llevan capa

Esfuerzo, sufrimiento y coraje: los pilotos de MotoGP™ son increíblemente duros y ambos pilotos de HRC lo demostraron con creces en Portimao

Las caídas forman parte de MotoGP™. Es un pequeño elemento que hace que este deporte tan especial sea un espectáculo, pero ver una muy fuerte nunca resulta agradable. Por suerte, la mayoría de las veces, los guerreros del Mundial pueden salir relativamente ilesos. Desgraciadamente, este no fue el caso de Marc Márquez (Repsol Honda Team) en su caída en el GP de España de 2020, que le hizo perderse nueve meses de acción, y lo que observamos del ocho veces Campeón del Mundo a su regreso fue sorprendente. También lo fue la actuación en Portimao de su compañero en HRC Takaaki Nakagami (LCR Honda Idemitsu), tras su monstruoso incidente a alta velocidad en la curva 1 el viernes por la tarde que le provocó contusiones, especialmente dolorosas en la clavícula a la altura del esternón, y abrasiones.

La irrupción de Márquez en la FP1 fue probablemente la sesión de entrenamientos libres más esperada de la historia. Todas las miradas estaban puestas en el '93' mientras millones de personas eran testigos de cómo el español se adentraba en lo desconocido. ¿Cómo se desenvolvería con su RC213V después de tres cirugías y los 265 días más largos de su vida? Pues más que bien. La sonrisa radiante al final de la FP1 cuando Márquez volvió a su box del Repsol Honda Team fue un espectáculo para la vista, y dijo al mundo todo lo que necesitábamos saber: estaba de vuelta. No en plena forma, por supuesto, pero sí vimos que podía volver a pilotar su moto de MotoGP™ con relativa comodidad.

La FP1 fue algo así como un regreso de cuento de hadas para el español: 3º a 2 décimas de Maverick Viñales (Monster Energy Yamaha MotoGP) en una pista parcialmente húmeda. De locos. En la FP2 vimos a Márquez derrapando y arriesgando con el tren delantero, era como si nunca hubiera estado fuera. Esa curva 7, su forma de maniobrar al límite -algo que solíamos ver a Márquez hacer en todas partes como si nada- fue increíble. Incluso el propio Marc no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa y reírse al verse a sí mismo haciendo eso cuando estaba sentado en su garaje. Estaba de vuelta.

Clasificarse 6º en la parrilla después de superar la Q1 era lo mejor que podía desear Márquez. Los médicos le habían dicho que los músculos de su brazo derecho se debilitarían a medida que avanzara el fin de semana, por lo que un puesto en la segunda fila suponía una gran recompensa. Pero tanto él como todos los demás sabían que las 25 vueltas del domingo no iban a ser fáciles. No es sencillo cuando se está en plena forma y mucho menos después de nueve meses alejado de la competición.

Sintiéndose como "un niño que juega al fútbol con chicos mayores" en las primeras vueltas, Márquez tuvo un cierto duelo con el vigente Campeón del Mundo, Joan Mir (Team Suzuki Ecstar), en las dos primeras vueltas. La tercera curva estuvo a punto de suponer el final de la carrera de Márquez cuando tocó la rueda trasera de la Suzuki GSX-RR del '36', pero supo salir airoso del lance. Márquez cedió posiciones rápidamente tras la estela de los pilotos más rápidos y en mejor forma que le precedían, pero fue entonces cuando entró en juego la abrumadora garra, valentía y determinación de un piloto de primera categoría. Marc siguió su ritmo, se mantuvo alejado de los problemas, apretó los dientes y siguió corriendo mientras otros se iban al suelo por delante de él.

 

Al final, un séptimo puesto estuvo por encima de lo que Márquez y su equipo podrían haber imaginado hace un par de meses. Como él mismo dijo, Marc es un hombre al que le gusta ocultar sus emociones. Pero era imposible hacerlo después de ver su primera bandera a cuadros en 518 días. Al regresar al box resultó inevitable derrumbarse, tal y como confesó también emocionado ante los micrófonos. El sueño de su regreso ya era real.

Pero Marc no fue el único piloto que tuvo una actuación realmente heroica en el GP de Portugal. La mencionada caída de Nakagami en la curva 1 de la FP2 fue monumental. Afortunadamente, el piloto japonés no sufrió fracturas ni huesos rotos, pero pudimos comprobar las molestias que sufrió cuando intentó pilotar su RC213V durante todo el fin de semana. Una contusión en la clavícula derecha hizo que el piloto del LCR Honda Idemitsu no participara en la FP4 ni en la sesión de clasificación, y al sentir el dolor en el Warm Up del domingo por la mañana, se le habría perdonado que descansara. Pero Nakagami es un guerrero, como el resto, así que descartó dicha posibilidad.

Tras ver la bandera a cuadros el domingo por la tarde, Nakagami terminó 10º. Por delante del ganador de la carrera del GP Barwa de Qatar, Maverick Viñales, y a poco más de 5 segundos de su compañero de equipo, Alex Márquez (LCR Honda Castrol). El trazado de Portimao recibe el apodo de montaña rusa por una lógica razón. Es posiblemente el circuito más exigente del calendario. Así que salir con un Top 10 al final de uno de sus fines de semana más difíciles supone toda una hazaña por parte de Nakagami.

Pilotos como Luca Marini (SKY VR46 Avintia) también demostraron lo duro que hay que ser mentalmente en la escena mundialista. El italiano se estrelló en la rapidísima curva 9 de izquierdas en la FP4, justo antes de su estreno en la Q2 de MotoGP™. Caer a esas velocidades y ser capaz de hacer un 'reset', volver a su box y salir a pista de inmediato es algo que la mayoría de nosotros no puede comprender. Estos pilotos son así de valientes, dispuestos a arriesgarlo todo para conseguir su objetivo. Minutos después de su caída, Marini selló su mejor 'qualy' de MotoGP™ hasta la fecha. Sensacional.

Que quede claro: todos los pilotos que vemos en la pista son héroes. La brutal caída de Jorge Martín (Pramac Racing) en la curva 7 fue un serio recordatorio de que una gran salida de pista puede provocar una lesión, pero eso no impedirá que el rookie vuelva lo antes posible a apretar al máximo para alcanzar sus sueños. Los pilotos de motos están hechos de una pasta diferente al resto de nosotros. Han trabajado toda su vida para convertirse en superhumanos en su deporte, y gente como Márquez y Nakagami nos lo han demostrado de primera mano. Martín nos lo demostrará también cuando vuelva, y muchos otros pilotos harán lo mismo en el futuro.