Marc Márquez (Repsol Honda Team) afronta un parón estival atípico después de ser intervenido nuevamente del húmero derecho tras el GP Oakley de Italia. Inmerso en su proceso de recuperación, el laureado piloto de Cervera repasa sus sensaciones actuales, en primera persona, en la última entrada del blog de Box Repsol, que reproducimos íntegramente a continuación:
¡Hola a todos! Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, pero no me olvido de vosotros. Son muchos los mensajes de ánimo que me mandáis y se agradecen, especialmente en momentos como este. Hoy vengo a contaros cómo estoy llevando mi recuperación.
La idea de que quizás necesitaba volver a operarme está presente desde septiembre del año pasado. Íbamos controlando el brazo periódicamente, para ver la evolución de la fractura tras la tercera cirugía. Al llegar la pretemporada, me quise autoconvencer de que podía conseguirlo, pensando en la frase de "el poder está en la mente" como lema. Pero a medida que empezó el Mundial, me di cuenta de que las limitaciones eran muy grandes. Mi idea era competir toda la temporada –ya que el hueso no estaba consolidado al cien por cien de la tercera operación–, pero sabiendo de mis limitaciones y ocultando el malestar, para evitar las preguntas diarias. Solo sabía de la situación mi entorno más cercano.
El momento definitivo llegó alrededor del GP de Francia, cuando estuvo todo preparado para hacer un TAC en 3D y tomamos la decisión de volver a pasar por el quirófano. La verdad es que operarme en Estados Unidos me sorprendió muchísimo por cómo tenían planificado el pre y postoperatorio. Es muy distinto a España. El postoperatorio fue muy rápido, enseguida me dieron el alta, me autorizaron para volar y volver a casa. El preparatorio, en cambio, estaba muy planificado y se hizo todo con mucha antelación.
Antes de la operación estaba muy animado, pero las horas después estuve peor, por la anestesia y porque había dolor. Lo pasé mal dos o tres días, pero como no era la primera vez que me operaban el brazo y ya sabía qué sensación habría, era consciente de que ese dolor era normal y que luego se iría calmando.
Ahora ya estoy bastante bien, porque no hay dolor. Sigo con el brazo inmovilizado, haciendo ejercicios ligeros de movilidad pasiva. Anímicamente me siento motivado, porque las sensaciones son buenas, e ilusionado de comenzar la recuperación en cuanto los médicos me lo indiquen, para saber si el brazo funciona como debe funcionar.
De todos modos, tal y como dije con mi primer comentario en redes, "verde esperanza", es mi sensación actual. Fue lo que me provocó esta operación: esperanza. Porque de la manera en la que estaba pilotando y compitiendo, no me veía mucho tiempo más encima de la moto, quizá uno o dos años más. Tras la intervención en Rochester se abre la esperanza de que se pueda seguir compitiendo sin dolor y divirtiéndome encima de la moto.
El siguiente plazo es esperar a que en la semana seis –desde la operación– me hagan una radiografía. Dependiendo de cómo vaya el resultado, seguiremos un camino u otro en la recuperación. Así que hasta entonces estoy disfrutando un poco de unas vacaciones, porque no podemos comenzar todavía la recuperación al cien por cien.
De momento, aunque parezca que tenga mucho tiempo libre, me planifico bien cada día. Me levanto temprano y voy a pasear una hora y media. Luego intento estar entretenido con llamadas con el equipo, con la familia o haciendo cosas por casa. Por la tarde he comenzado a trabajar suavemente el tren inferior y un poquito el brazo izquierdo.
A veces me paro a pensar en cómo busco la motivación y en mi caso, la única conclusión a la que llego es la pasión y la ilusión. Sigue siendo la misma desde hace más de diez años. También me empuja pensar en el objetivo, que es pasarlo bien y competir a un buen nivel, sin sufrir ni tener dolor.
Tengo que decir que en este camino hacia la recuperación no estoy solo. Me he apoyado y he hablado mucho con pilotos como Àlex Crivillé –que pasó por algo similar–, Alberto Puig –que es con el que más contacto tengo, porque además es el Team Manager del equipo Repsol Honda– y también Mick Doohan –porque tuvo varias lesiones serias–. Son los que me han aconsejado más y les agradezco su apoyo.
También hay un referente llamado Rafa Nadal, que incluso cuando le daban por retirado ha sido capaz de superar el dolor y volver a ganar. Precisamente con él coincidí cuando jugaron el Masters 1000 de Madrid. Sé todo lo que ha sufrido y por ello es un referente para mí, porque aunque no esté al máximo, es capaz de ganar torneos como Roland Garros. Recuerdo que en una rueda de prensa admitió que el dolor le cambiaba el humor y lo entiendo.
Antes de despedirme, os quería agradecer una vez más el apoyo que recibo por parte de todos los aficionados. Prometo que haré todo y más de lo que esté en mis manos para volver a competir y disfrutar de buenos momentos juntos.