A simple vista, Andrea Dovizioso (Ducati Team) ha tenido una primera mitad de 2019 positiva. Una victoria, tres podios más, finalizar siempre en el Top 5 y una serie de grandes reacciones tras unas discretas actuaciones en la sesión de clasificación invitan a pensar que el italiano está pilotando tan bien como de costumbre.
Sin embargo, la clasificación general del Campeonato del Mundo de MotoGP™ impide hacer un balance realmente positivo. El piloto italiano de 33 años es 2º, pero se encuentra a 58 puntos del vigente campeón y sólido líder, Marc Márquez.
Las posibilidades de pelear por el título de la categoría reina han vuelto a complicarse y, de hecho, el principal discurso en Sachsenring giró en torno a la necesidad de Ducati de "una estrategia para el futuro". 'Dovi' también puso de relieve la obligación de "crear una situación diferente y centrarnos más" en los puntos débiles de la moto.
Si no fuera por el nivel superlativo de Márquez, se estaría hablando de un gran año de 'Dovi', tan competitivo como el de 2017 y 2018, cuando se alzó subcampeón mundial tras el de Cervera. El hecho de que Márquez acumule 5 victorias y apenas haya bajado del podio -solo con la caída de Austin-, ha convertido el reto del italiano en un desafío mayúsculo.
Las sensaciones, por tanto, no son las mejores, pese a que la temporada arrancó de forma inmejorable para 'Dovi' con su gran triunfo en Qatar, donde volvió a acreditar algunas de sus grandes virtudes: una gran estrategia, capacidad para gestionar los neumáticos y mantener la mente fría en el momento preciso. 3º en Argentina y 4º en Austin, el italiano llegó líder a Europa al sacar partido del abandono de Márquez en el Circuito de Las Américas.
Sin embargo, no pudo impedir los dos triunfos consecutivos de Márquez en Jerez y Le Mans y tuvo que ceder el paso a su compañero de equipo, Danilo Petrucci, en Mugello tras un final de infarto. El 'crash' múltiple generado por Jorge Lorenzo en Catalunya permitió que el líder abriera brecha y dejó a 'Dovi' muy tocado en la carrera por el título.
El italiano ha necesitado un plus que no ha llegado. Ducati, de hecho, se ha visto incapaz de resolver el déficit de la Desmosedici GP a la hora de girar. Un problema que se vio especialmente acentuado en Assen y Sachsenring, pese a que 'Dovi' pudo salvar los muebles al ser 4º y 5º, respectivamente. En ambos circuitos, el constructor italiano cedió demasiado terreno respecto a Suzuki, Yamaha y, en menor medida, Honda en los rápidos cambios de dirección y las largas curvas. Un escenario que penaliza claramente a la Desmosedici GP.
Ni siquiera un nuevo chasis, introducido en el test post-GP de Catalunya, ha podido ayudar en este aspecto. El propio Dovizioso, de hecho, señaló cómo ha mejorado la entrada en curva, pero no donde Ducati más lo necesita. En cambio, la moto de este año ha mejorado básicamente en los que ya eran sus puntos fuertes en 2018.
El motor'19, su nuevo carenado aerodinámico y el controvertido 'spoiler' acoplado al basculante de la moto. Todo ello, ayudado por una gran aceleración y una frenada que Dovizioso domina a la perfección, ha supuesto un amplio arsenal de recursos para el Ducati Team. Pero Honda ha hecho progresos con su motor 2019, recortando gran parte de la ventaja de velocidad punta que atesoraba Ducati. Las evidentes mejoras de Yamaha y Suzuki han hecho, además, que los podios sean cada vez más difíciles.
Brno y Austria deberían suponer una buena oportunidad para que 'Dovi' vuelva a recuperar las sensaciones de principios de temporada. El italiano debe ir partido a partido y esperar fallos en cabeza, pero también confía en que Ducati pueda aportar algo al test post-GP de Brno que consiga paliar los puntos débiles que limitan a sus pilotos y los saque de este "momento crítico".