Muchas cosas han cambiado en 61 años

Han cambiado tantas cosas en 61 años. Con el éxito del nuevo Campeonato del Mundo Femenino FIM de Velocidadesta temporada, resulta difícil creer lo que ocurrió en 1963. Después de que Beryl Swain se convirtiera en la primera mujer en participar en un Gran Premio del Campeonato del Mundo en 1962, se prohibió su participación durante la temporada siguiente. La razón por la que la FIM revocó su licencia internacional fue que pensaban que las carreras eran demasiado peligrosas para una mujer.

Fue la valentía y la determinación de pioneras como Swain, Gina Bovaird, Taru Rinne y Tomoko Igata lo que provocó un cambio masivo de actitudes, aunque tardara tanto tiempo. Durante medio siglo, lucharon y desafiaron los prejuicios y las convenciones para proporcionar a las modernas estrellas del Campeonato del Mundo, como Ana Carrasco y María Herrera, un escenario en el que desplegar su considerable talento.

Recuerdo estar sentado con mi padre viendo imágenes en blanco y negro de Beryl Swain en la televisión de la BBC en 1962. Corría con su Itom de 50cc en un circuito asfaltado del sur de Londres, preparándose para su debut en el Campeonato del Mundo en la Isla de Man. Terminó vigésimo segunda en la primera carrera del Campeonato del Mundo de 50cc que se disputó en el circuito de la montaña, y ahí se acabó todo. La FIM no cedió en su prohibición y la carrera de Swain en el Campeonato del Mundo se terminó. Se permitió a las mujeres pasajeras de sidecar continuar siempre que hubiera un piloto masculino al manillar.

En 1980, informé desde Daytona de la actuación de Gina Bovaird en las 200 millas alrededor del famoso circuito. A los mandos de una Yamaha TZ de 500cc, fue la primera mujer en competir en las 200 millas. Ese mismo año corrió en Brands Hatch (Inglaterra) y luego se embarcó en su sueño de correr en el Campeonato del Mundo de 500cc, el más duro, competitivo, peligroso y aterradoramente rápido jamás visto: el Campeonato del Mundo de 500cc de los años ochenta. No se amilanó tras fracasar en su intento de clasificarse para varios Grandes Premios y finalmente lo consiguió en 1982. Muchos de los mejores pilotos boicotearon el Gran Premio de Francia en Nogaro por motivos de seguridad. Bovaird se clasificó finalmente para convertirse en la única mujer que ha competido en un Gran Premio de la categoría reina en los 75 años de historia de este deporte. Por desgracia, no pudo terminar, pero fue un día histórico.

Siete años más tarde, me planté en el muro de boxes de Hockenheim con un bolígrafo y un cuaderno en la mano. Estaba preparado para trazar el gráfico de la carrera de 125cc del Gran Premio de Alemania Occidental de 1989 y tuve suerte. Solo después de quedar segunda en la calificación me di cuenta de que Taru Rinne era una mujer. Incluso entonces no estaba preparado para aquellas explosivas primeras vueltas de la carrera a 14 giros alrededor de la pista ultrarrápida. La piloto finlandesa de Honda luchó por el liderato en una típica lucha de 125cc. Finalmente, terminó en séptima posición, a poco más de diez segundos del ganador Àlex Crivillé, que se proclamó Campeón del Mundo. Rinne fue la primera mujer en liderar una carrera de Gran Premio. Ese séptimo puesto fue seguido un mes más tarde por un octavo lugar en Assen, pero desafortunadamente una mala caída en el Gran Premio de Francia del año siguiente detuvo su progresión pionera.

Aquel séptimo puesto en Hockenheim fue igualado por la japonesa Tomoko Igata en Brno, en la carrera de 125cc del Gran Premio de la República Checa de 1995. Sigue siendo la mejor clasificación de una mujer en un Gran Premio. Ana Carrasco estuvo cerca en la carrera de Moto3™ en Valencia en 2013, cuando cruzó la meta en octavo lugar.

Las actitudes y los prejuicios han cambiado drásticamente en esas seis décadas. Los Grandes Premios de motociclismo han desempeñado su papel en esta revolución en curso. Cuando reflexionamos y abrazamos esos cambios en todos los aspectos de la vida, nunca debemos olvidar a esas valientes pioneras que pusieron las ruedas en movimiento.